miércoles, 15 de abril de 2015

[TRADUCCIÓN] Villa de los misterios. Un secreto pleno de emociones (De Elisabetta Cardone)

Pompeya
Bienvenidos de nuevo a Las huellas perdidas de Odiseo para esta entrega en la cual me resulta un placer presentaros a otro investigador italiano y su trabajo. En concreto nos detenemos en un diálogo con la bella Elisabetta Cardone, joven arqueóloga napolitana que hablará sobre uno de los yacimientos más importantes del mundo: Pompeya. Elección sensata y justificada dados tanto sus conocimientos teóricos dentro de la arqueología como la experiencia de campo que ha desplegado en los últimos años. Disciplina ésta que, además y en general, reconozco bastante lejana dentro de mi especialización académica. Haremos hincapié en un complejo arquitectónico sobresaliente por su majestuosidad, la Villa de los Misterios, célebre sobre todo por el ciclo pictórico que se puede encontrar en el interior de las diferentes estancias en las que se distribuye el recinto. El yacimiento no sólo nos ayuda a conocer la distribución arquitectónica de una villa romana, sino también nos suministra un rico caudal informativo de incalculable valor histórico sobre la cultura, creencias y religión del Imperio. Y dicho esto, creemos que es el momento de dejar al especialista que diserte sobre la temática en cuestión, por ello os remito con deleite a Elisabetta y todo lo que ella tiene que explicar.


Villa de los Misterios: un secreto pleno de emociones
Autor: Elisabetta Cardone
Traducción y anexos: Sergio Delgado
Artículo en italiano (pincha aquí)
 
Elisabetta trabajando

Villa de los Misterios
Pompeya: una ciudad mágica, un mundo antiguo pleno de vida y de riquezas, destruida improvisadamente por la famosa erupción del Vesubio del 79 a.C., conocida y estudiada por los arqueólogos, por vulcanólogos y por los historiadores de todo el mundo. Cenizas, lapilli y coladas de gas a altísimas temperaturas sumergieron Pompeya, deteniéndola en una imagen congelada en el tiempo. Junto a las personas ocupadas en sus actividades, las tiendas, las calles, el Foro, el anfiteatro, las termas, también las Villas -fascinantes viviendas de personajes conocidos o familias romanas importantes- fueron completamente recubiertas de la furia del Vesubio que continuó también a hacer temblar la tierra en los días inmediatamente sucesivos a la erupción. ArcheoVesuvio propone a nuestros lectores un viaje en el tiempo, un salto en el pasado al interior de esta maravillosas domus de la Pompeya antigua, partiendo de una de las más sugestivas: Villa de los Misterios.


Anexo I. Pompeya

Pompeya es una de las ciudades más recordadas de la Antigüedad y esto se debe a causa de su estado de conservación, derivado del luctuoso fin que sufrió en el 79 d.C. Final representado con la erupción volcánica que sumergió la urbe y sus habitantes bajo la lava y la cual nos ha permitido disponer de un incalculable testimonio del pasado, guarecido del paso del tiempo bajo un solidificado mar magmático. Situada en las proximidades de Nápoles, las excavaciones modernas se han iniciado ya en el siglo XVIII bajo el dominio regio de los borbones. Templos, villas, foros....un conjunto de diversos monumentos arquitectónicos han sido desenterrados para el deleite del mundo, pues estamos hablando de un yacimiento que es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1997. La catástrofe que supuso para sus ciudadanos y que a muchos de ellos les acarrearía un dramático deceso, sin embargo, a nosotros nos hace posible conocer con mayor detalle la vida cotidiana de una civilización ya desvanecida entre las brumas del pasado. Desde aquí os invito a conocer el segundo monumento italiano más visitado, tras el Coliseo, Foro Romano y Palatino.

Habitantes de Pompeya


Plano de Villa de los misterios
Villa de los Misterios es una villa suburbana de época romana, ubicada a pocos metros de distancia fuera de las murallas de la ciudad de Pompeya. Según Plinio el Viejo y Vitruvio, las villas en edad romana eran esencialmente unas casas de campo y podían dividirse en dos grandes grupos: la villa urbana, a pocos kilómetros de Roma, empleada como residencia de campo para una o dos noches y la villa rustica, residencia con funciones de hacienda, habitada predominantemente por los esclavos que desarrollaban labores ligadas a la producción agrícola de los campos circundantes.

Anexo II. Vitruvio y Plinio el Viejo 


Hombre de Vitruvio
Vitruvio (80-15 a.C) es quizá el más admirado teórico de la arquitectura del mundo clásico. Popularidad fruto de su magna obra dividida en diez libros y llamada De architectura, siendo el único volumen latino sobre este campo de conocimiento que podemos disfrutar en la actualidad. Sabemos pocos detalles de su vida y también es desconocido su lugar de nacimiento, pero se cree que estuvo bajo las órdenes de Julio César y que posteriormente desempeñaría una labor como constructor durante el reinado de Augusto. Si bien la importancia que mantiene en vida es limitada, el prestigió que alcanzó a partir del Renacimiento será de difícil mesuta. En la imagen de la derecha podemos observar el hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci, realizado a partir de las consideraciones sobre la proporción humana del arquitecto. 


Plinio el Viejo (23-79 d.C.), se eleva como uno de los autores latinos más citados, siendo su obra de referencia la Historia natural. Militar con amplia experiencia dentro del ejército romano, ya sea dentro de la marina o en los cuerpos expedicionarios terrestres, no obstante, es por la producción intelectual que llevó a cabo a lo largo de su vida  por la que ha sido rememorado hasta nuestros días. Escritor muy querido también por los intelectuales del Renacimiento, destaca la sabiduría enciclopédica plasmada en sus escritos, sobre todo en la ya citada Historia Natural. Es precisamente durante la erupción del Vesubio cuando le alcanzó la muerte, como consecuencia de una incursión que realiza durante la conflagración vesubiana con el objetivo de rescate a los deplazados por el desastre y con un ánimo científico contemplativo añadido de este destructivo fenómeno de la naturaleza. Tras una vida y muerte dedicada a la ciencia es honrado como el primero de los vulcanólogos y el tipo de fenómeno volcánico que acabó con su existencia se llama erupción pliniana en su recuerdo.


Villa de los Misterios

De carácter rústico-residencial, Villa de los Misterios fue devuelta a la luz solamente entre el 1909-10 y todavía hoy es uno de los sitios más visitados de todas las excavaciones arqueológicas de Pompeya, sobre todo por sus magnificas pinturas en la sala del triclinium -muy bien conservadas- que representan ritos mistéricos, de las que justamente la villa tomó el nombre. Descubierta por el latifundista de aquella zona, fue bautizada inicialmente como Villa Itis y solamente en el 1931 fueron hecho públicas algunas tablas de colores que representaban las pinturas, gracias a la obra del arqueólogo italiano Amedeo Maiuri. Por desgracia, todavía hoy la excavación no ha sido completada y ninguno puede suponer qué “secretos” todavía esconde la Villa de los Misterios. A causa de los frecuentes temblores de tierra que precedieron a la erupción, se piensa que la villa estaba en una fase delicada de trabajos de restauración, de hecho durante las excavaciones no fueron encontrados materiales preciosos, objetos o restos, sino solamente en la zona rustica viene hallada una estatua de Livia con vestido de sacerdotisa junto a numerosos restos humanos.


Interior del complejo

Villa de los Misterios fue construida en el siglo II a.C. y durante la edad augustea gozó de su máximo esplendor, tanto como para ser ampliada y embellecida: de forma cuadrada situada sobre la cumbre de una colinilla desde donde se podía divisar el Golfo de Nápoles. Era vista como una villa de reposo, dotada de salas amplias y de jardines colgantes en una posición panorámica a pocos pasos del mar; apoyada sobre un terraplén, sostenida por un criptopórtico a arcadas ciegas usado sucesivamente como depósito. A causa de los numerosos terremotos, después fue transformada en villa rustica, con utensilios agrícolas y prensas para la elaboración y el prensado de la uva, destinada por tanto a la venta del vino. La entrada principal, en parte todavía a desenterrar, se encuentra a lo largo de una vía secundaria que probablemente llevaba a las Tumbas. En la parte rústica  hay zonas enteramente dedicadas a la cocina, a los hornos, tahonas y cámaras para el vino. Gracias a un sello encontrado, conocemos el nombre del custodio de Villa de los Misterios: Lucio Istacidio Zosimo.



En el interior de Villa de los Misterios se desenvuelven varias habitaciones laterales llamadas cubicula, decoradas primero en Estilo II y después en Estilo III; está también el compartimento termal, el triclinio y una escalinata que conducía a las plantas superiores, en las estancias de la servidumbre. La maravilla indiscutida de Villa de los Misterios es todo el ciclo pictórico: las decoraciones parietales se diferencian en base al periodo histórico; en el tablinum las paredes están pintadas de negro con decoraciones en estilo egipcio, mientras en otras salas hay pinturas del siglo I a.C. de un artista anónimo que con la técnica de la megalographia- inspirada en la pintura griega- representaba figuras a tamaño natural, como en la famosa escena del Dionisio. Todavía incierto es el significado profundo de la pintura: una serie de secuencias que podrían describir momentos simbólicos, una escena de mimos, danzas o celebraciones de un matrimonio, o el rito de iniciación para las esposas de Dionisio.


Anexo III. Ritos mistéricos

Con esta denominación nos estamos refiriendo a una serie de cultos no en exceso conocidos que se expandieron a lo largo del mundo clásico greco-latino. Dotados de un componente esotérico importante, suponían una iniciación para el acólito que a lo largo de un aprendizaje regulado venía desvelando ciertas verdades de carácter sacro. Una de sus principales características fue el propósito salvífico personal que atesoraba, ofreciendo una liberación espiritual individual al creyente. Los secretos de la vida y de la muerte eran progresivamente iluminados para el iniciado, siendo además abigarrado el elenco de credos pertenecientes a esta tipología que se desarrollan en la Antiguedad. Entre otros podemos citar los relativos a Orfeo, Eleusis, Mitra, Cibeles...

También el culto a Mitra tuvo misterios




Al observar bien las pinturas, se advierte una mujer ocupada en arreglarse el pelo rodeada de querubines que sujetan espejos; sigue una matrona sentada sobre un trono y después una mujer velada, al lado una sacerdotisa y a sus pies un joven concentrado en leer textos sagrados. Importante es la escena del ágape: una sacerdotisa vierte el vino sobre un ramo de mirto al lado de un sátiro que toca la lira. Hay también una escena que representa una sátira que amamanta un cabrito junto un sátiro que toca la flauta y una esposa que busca envolverse en un manto. Sigue después la escena de la catoptromancia (adivinación a través de un espejo considerado mágico) en la cual hay un sacerdote que pasa a un joven una copa en la que se puede reflejar.



Por desgracia la escena más estropeada es aquella de Dionisio entre los brazos de Ariadna; está después la escena del linkenon y phalos, en la cual una joven descalza cubierta solo de un borde del manto, descubre el falo del Dios, símbolo de la fertilidad. Sigue después la escena de la flagelación, en la cual una muchacha de rodillas viene azotada por Telete y finalmente una escena danzante, en la que vienen alegremente tocados címbalos por una ministra del culto mientras una joven danza dulcemente.



Anexo IV. Dionisio y Ariadna

Ariadna se coloca como la protagonista de uno de los mitos griegos con más resonancia, aludimos aquel que cuenta la historia de Teseo y el laberinto del minotauro. Ariadna era la hija del rey de Creta que enamorada del ateniense le prestó ayuda en la salida del interior de la guarida del monstruo con el auxilio del famoso ovillo de hilo como guia. A pesar de todo, ese servicio no fue recompensado por parte del héroe, que partió de la isla abandonándola a su suerte. La joven desconsolada tras la desaparición de Teseo alimentó la compasión de Afrodita que como Diosa del amor favoreció el enamoramiento de Dionisio con la mortal despechada. Una unión de la que ulteriormente hubo descendencia -como es el caso de Enopión- siendo explicado además en algunos relatos mitológicos cómo Ariadna se convierte en costelación celeste.

Mito de Dionisio y Ariadna


Elisabetta Cardone

Y llegada la hora de la despedida, no queda sino agradeceros una vez más el haber estado con nosotros en Las huellas perdidas de Odiseo.

Un fuerte abrazo

Sergio D.S.