lunes, 23 de marzo de 2015

[TRADUCCIÓN] Las profundas raíces hebreas sobre las orillas del estrecho de Mesina (De Felice Delfino)

Bienvenidos a una nueva entrada de Las huellas perdidas de Odiseo que creemos especial porque tenemos como invitado a un joven profesor de Reggio de Calabria, Felice Delfino. Presencia remozada con una temática que seguro os resultará atractiva: la actividad de la población hebraica hasta su expulsión a fines de la Edad Media en una dilatada zona alrededor del Estrecho de Mesina, un importantísimo espacio del sur de Europa y colorido crisol de diversas culturas. Como seguramente recordaréis, yo mismo he tratado la especial relevancia de la singladura judía en el País Vasco durante el Medioevo (Judíos País Vasco I, Judíos País vasco II, Judíos País Vasco III). Un análisis comparativo de ambos estudios puede permitir observar las concomitancias y las discordancias entre ambas regiones, posibilitando con ello dilucidar de manera más clara ambos fenómenos históricos. Evaluación paralela que desde una perspectiva personal parece adecuada ya que nuestro estudioso calabrés es descendiente de vascos, en concreto nos referimos a una bisabuela oriunda del territorio vascongado y cuya familia se disemina entre las tres provincias de la actual comunidad autónoma conforme avanzamos hacia el pasado. Es por ello para mí un placer presentaros a un investigador que mantiene un especial y cuidado cariño a sus raíces vascas, siendo ya numerosos los años desde que realiza un denodado esfuerzo por conocer esta cultura (euskera, historia, tradición, folclore…). Desde este humilde morada digital queremos enviar a Felice un abrazo y ofrecerle una cálida bienvenida a una casa que también es suya.

El estrecho de Mesina, en su historia centenaria, Las profundas raíces hebreas sobre las orillas del estrecho de Messina (De Felice Delfino)
Autor: Felice Delfino (Traducción, anexos y notas: Sergio Delgado Sotelo)

 

Felice Delfino
El estrecho de Mesina, en su secular historia, contiene un dechado de memorias y de tesoros: sucesos históricos, épicas batallas navales, que han sancionado el final de algunas dominaciones y el inicio de nuevas eras. En el variado fondo de este riquísimo marco resuenan también antiguos mitos y leyendas: el forzudo Hércules que nada en el intento de alcanzar el cordero (nota: vitello en italiano) huido de la manada de Gerión, del cual el recuerdo de esta tierra en Vitulia o aquel de Italia del legendario rey Italo de la estirpe Enotria. También los abismos subyacentes a estas aguas han sido los benévolos custodios de numerosos restos arqueológicos. Los bronces de Riace u otras riquezas del panorama cultural local han sido removidos de las arenas que las han reservado de la corrosión, otros probablemente están todavía presentes, pero en espera de un eventual descubrimiento, quizá sensacionalista.

Anexo I. Reggio Calabria

El estrecho de Mesina
Reggio es una importante ciudad del sur de Italia sita en la región de Calabria, frente al estrecho de Mesina, e ineludible punto de transición entre la península itálica y la majestuosa isla de Sicilia. Sus orígenes se pierden entre las brumas del tiempo, habiendo constituido un importante núcleo de habitación para un conglomerado de pueblos que se han sucedido con el paso de los años. Griegos, romanos, normandos, aragoneses….una cadena ininterrumpida de visitantes que han dejado un rico poso de tradiciones y todo un variopinto piélago de elementos culturales que hacen de esta ciudad un interesantísimo destino turístico. Un viaje altamente recomendable hacia un lugar en donde la cultura y el placer se esposan felizmente.





Estrecho de Mesina
Indubitablemente, las aguas del estrecho constituyeron y desempeñan todavía hoy una función preeminente: el tránsito, entre la parte culminante de la bota y la isla. También la comunicación marítima entre la orilla calabresa y sícula fue seguramente atractiva para miles de mercantes, exploradores, viajeros, embajadores, soldados, prisioneros de guerra que llegaron en circunstancias desesperadas y por obvias razones. Aquellos quienes se aprestaban a actividades de cambio se valieron del opulento potencial, instituyendo aquí emporios comerciales, seguros de obtener ventajas en sus finalidades puramente lucrativas. Varias etnias se han sucedido y se han bien asentado en el territorio costero, transmitido usanzas, cultos, lenguas, elementos heterogéneos a menudo antitéticos y contrarios que se han integrado, metabolizado y amalgamado perfectamente en el interior de las tradiciones y del panorama folclórico. Aspectos de significativa importancia que han condicionado con eficacia la vida de los territorios limítrofes también en las épocas sucesivas. Una antigua tradición palestina recuerda como en los tiempos del primer rey de Israel Jeroboam, Dios coloca una pequeña cabaña donde hospedar los prófugos de la Casa de Israel en exilio. Esta cabaña en la interpretación moderna ha de localizarse en el sur de Italia.


Anexo II. Bronces de Riace

Bronces de Riace
Los Bronces de Riace o Guerreros de Riace son dos estatuas griegas del siglo V a.C. y que en la actualidad se encuentran en el Museo Nacional de la Magna Grecia de Reggio de Calabria. El espectacular hallazgo de estas dos obras de arte se produjo gracias al azar por un submarinista hace relativamente poco tiempo (1972) y en Riace, en las proximidades de Reggio. Debemos de tener en cuenta, además, que representan una de las escasas muestras del arte antiguo griego. La polémica sobre su datación, naturaleza e identidad de las figuras aún está viva entre los especialistas, siendo muchas las teorías y las hipótesis que se han realizado desde este importantísimo descubrimiento. Un encuentro ineludible si alguna vez estáis en las cercanías, la contemplación de estas dos obras y las otras expuestas en el centro: ¡No os defraudará!


Aquí, en el sur, la vida de los hebreos estará caracterizada de vicisitudes alternas. Si de un lado fueron los garantes de una ingente riqueza financiera y meritorios de haber monopolizado el mercado, especialmente aquel de la seda, del otro, en más ocasiones, también fueron denigrados. La llama del antisemitismo ardió por siglos y fue alimentada progresivamente del odio, de la envidia crecida “como mala hierba para extirpar” del corazón de los cristianos, los cuales miraban con desconfianza y con prejuicio una religión cuyos adeptos eran acusados de ser todos verdugos y responsables de la crucifixión de Jesús. Aquellos mismos cristianos que habían notado de ser irremediablemente amenazados en sus negocios, por la habilidad de un pueblo, como el hebraico, que se ha siempre distinguido por la diligencia, tenacidad y valor, no fortuitamente, sino por méritos propios y evidentísimos. Terribles, feroces, implacables, los cargos de acusación que pendían y oscilaban sobre su cabeza como una afiladísima espada de Damocles: deicidio, usura en particular, o bien en otras circunstancias, de ser los portadores de las epidemias pestilentes. Tales prejuicios, crecieron en el imaginario popular colectivo, una fama tanto malvada e injusta, como infundada de pueblo hostil. Esta distorsionada visión de las cosas, como un velo para remover, tenía celada la verdad a los ojos de la población cristiana. Ciertamente no se puede negar que los mercaderes cristianos fueron literalmente barridos por sus antagonistas hebreos más instruidos, hábiles y capaces. Es, sin embargo, innegable que sólo esta naturaleza predispuesta al éxito económico, allegada a una mayor cultura de los hebreos respecto a la masa de los cristianos -en aquel tiempo la mayor parte analfabetos- acrecentó todavía más la prosperidad social, incrementando la disponibilidad monetaria de las arcas reales y de las autoridades archiobispales, principales beneficiarios de los impuestos y erogaciones contributivas provenientes de la comunidad judaica del reino.

Triunfo de Tito
Vicisitudes que caracterizan más o menos la vida de toda la comunidad hebrea que desde tiempos remotos fueron dispersados en cada ángulo del planeta, como recordaban las vetustas fuentes del desconocido autor de los Oráculos Sibilinos, y de los más conocidos y autorizados historiógrafos Flavio Josefo y Estrabón. Los hebreos estaban viviendo su Diaspora (dispersión) o el Galut (la deportación forzada): la Judea vivió momentos dramáticos en dos particulares periodos históricos, con la deportación babilónica del 587 a. C. y  en el 70 d.C., aquella romana, durante la cual, el general y futuro emperador Tito, devastó Jerusalén y el Templo e hizo acaparamiento del tesoro del templo y de esclavos hebreos.


Hallazgos de Bova Marina
Las crónicas históricas reportan como muchísimos judíos llegaron a Roma con título servil, donde en ese tiempo existía una importante y acomodada comunidad judaica, la más antigua. Entre los siglos I-II d.C. la difusión de las comunidades hebreas en toda la península era un fenómeno ferviente, capilar y ya bien iniciado. Se presume que en torno aquellas fechas también las orillas calabro-siculas del Estrecho de Mesina hospedarían grupos de judíos organizados. En el siglo IV d. C., en cambio, es cierto un asentamiento hebreo en el reino comprobado sobre todo por tres constancias arqueológicas de idéntica datación: el titulus, la lucerna y sello de la Menorah- la sinagoga de S. Pascual de Bova Marina. La permanencia fue larga, al menos hasta el siglo XVI y ello se deduce, sea del material documental, sea de los hallazgos conectables a épocas sucesivas al IV. Me refiero sobre todo al epígrafe de Gerace, de la primera mitad del siglo XV y quizás dedicada a una mujer hebrea; a Oppido Mamertina, el epígrafe marmóreo encontrado tras las ruinas de la parte antigua de la ciudad y quizá proveniente del 1395; los fragmentos de las ánforas vinícolas KEAY LII con el sello de la Menorah encontradas en Lazzaro (y expuesta en el Antiquarium local), símiles a aquellos de Vibo Valentia. En Reggio hubo una judería y no un gueto. Es esencial realizar esta distinción que es sustancialmente basada sobre el hecho que por judería se entiende un barrio abierto, donde los hebreos optaban libremente a habitar. El gueto (el primero apareció en Venecia en 1516), al contrario, era un barrio cerrado, rodeado de muralla y portones, donde la población hebraica era repudiada.



Anexo III. Sinagoga de Bova Marina

La sinagoga de Bova Marina es excepcional por ser uno de los pocos ejemplos de templos judíos romanos que podemos contemplar en la actualidad. Descubierta por casualidad en 1986 a causa de la realización de obras urbanísticas, hoy constituye una extraordinaria muestra de una sinagoga procedente del siglo IV d.C. y que se eleva como la segunda más antigua de Occidente tras la de Ostia. Entre los diferentes y muy relevantes hallazgos, destacamos la belleza de los mosaicos que  inexorablemente identifican su ascendencia hebrea.

Mosaico
Domenio Spanò-Bolani


La colocación topográfica de la judería reggina ha sido indicada por el historiador Domenico Spanò-Bolani en su historia “Storia de Reggio”. Un documento anjovino refiere, además, que la sinagoga se encontraba por fuera del barrio hebraico pero se puede sólo conjeturar donde pudiera estar colocada. Una  dificultad que nace del presupuesto que la estructura de la ciudad ha mutado radicalmente respecto al Medievo, habiendo sufrido también más trasformaciones, sobre todo en el curso de las reconstrucciones post-terremoto. Los topónimos de calle judaica y de calle Aschenez (recordatorio del legendario fundador de la ciudad) constituirían solo una parte del barrio hebraico bien más amplio. Ulteriores elementos toponímicos son aquellos de Judeca, Judeu, Judari, Ebraikè esparcidos aquí y allá, también en la provincia reggina.


Caracteres hebreos

Cuando, en el tiempo de los dominadores normandos, antes con el IV Concilio de Letrán de 1215 (con el cual fue dispuesto para los judíos un signo distintivo) y  después con las Constituciones Melfitanas (1231), fue dada legalmente a los hebreos la exclusividad del préstamo, por contra negado a la cristiandad, siendo una actividad antitética a los preceptos bíblicos y a la esfera ético-moral. Aquello acrecentaría inevitablemente el surplus económico-financiero y las distancias con los cristianos con el tiempo se convertirían más acentuadas y netas. Las normativas contenidas en el Liber Augustalis (definición alternativa a las Constituciones de Melfi) habían fijado al 10% el límite que los prestamistas hebreos no debían por obligación sobrepasar. Sin embargo, las barreras legislativas non habían atenuado la moral de los banqueros cristianos que comenzaron a operar en total clandestinidad, arriesgando obviamente ser descubiertos por la autoridad y castigados duramente con graves sanciones por su ejercicio ilegal. En Reggio, los bancos de préstamo habían hecho la fortuna de los hebreos regginos, así como las ferias (los mercados), también bastante frecuentados de vendedores/compradores orientales y del África septentrional.


Prestamistas judíos

Mercado medieval
Un elenco medieval enumera correctamente y describe al detalle la duración y mercancías vendidas en estas ferias, de carácter local o más cosmopolitas, activas en Reggio y en el territorio limítrofe. El sistema ferial reggino contaba, entre los mayores, los mercados de: San Luca, de San Marco y la feria franca de agosto (esta última instituida por la reina anjovina Juana de Anjou y del consorte Luigi para incentivar el mercado sedero). En los tenderetes expuestos, los hebreos exhibían mercancías de grandísimo valor cualitativo y además de los paños de seda (buscadísimos los tejidos sederos de Reggio, de Seminara y, por brillo, aquellos de Sambatello), las onzas rebosantes del exquisito vino reggino y de la sabrosa aceite local, figuraban también: paños de lino y algodón, fruta, especies, alimentos en general, joyas, peines, ropas, biblias impresas y tantas otras cosas todavía. Sea los regginos, sea los visitantes paseando entre los bancos, después de haber admirado las mercancías expuestas escogían los productos con gran prudencia y adaptados a sus exigencias; por el contrario los vendedores, se valían de la filantropía, del arte de la oratoria, de la astucia, para convencer los potenciales compradores a desembolsar algún tari u otras monedas de cuño occidental u oriental. Las opulentas ganancias conseguidas eran empleadas en la adquisición de nuevas mercancías, de terrenos, de viviendas o de nuevas sinagogas.

Quién sabe si en los bancos de estos mercaderes, entre las obras impresas, figuraban copias del Comentario del Pentateuco del RASHI. La importancia de esta obra consiste en ser la primera escrita en hebraico (datada el 18 febrero del 1475). La obra, por fama conocida a muchísimos regginos, fue realizada de la tipografía del askenazi Abraham ben Garon, el cual sobre la estela del descubrimiento de la imprenta a caracteres móviles aparecida en el 1455 gracias a Johann Gutenberg, dejó Alemania con la esperanza de enriquecerse a través de esta actividad potencialmente rentable: ¡Fue una elección bastante atinada!

Anexo IV. Rashi


Shlomo Yitzchaki (1040–1105) fue uno de los más importantes rabinos hebreos y sabios de la Edad Media. Nacido en Francia, sus comentarios a los textos sagrados judíos son clásicos dentro de los estudios de la religión hebraica. Especialista en el hebreo, su erudición le permitió glosar con soltura diferentes escritos del Talmud y la Torá. Innumerables generaciones de judíos se han beneficiado del esfuerzo académico de este estudioso que hoy recordamos.

 

Sobresaliendo en el comercio, los hebreos de Reggio no eran sólo mercaderes o prestamistas de dinero, desempeñaban un papel de primer plano en cada sector. Naturalmente, había también hebreos médicos entre cuales sobresalía sobre todos Shabbetai Donnolo (la primera mujer médico hebrea fue, en cambio, la Señora Cusina), pero también terratenientes y cultivadores. Un acto de propiedad referente al 1796 hace referencia a un campo de cedros situado en la localidad Santa Caterina del Trivio, perteneciente a una hebrea, probablemente una descendiente de los conversos. El cedro en la Torah es recordado como “el fruto del árbol del bello aspecto” que Dios indicó a Moisés y para usar en una fiesta sagrada al pueblo hebreo, “La fiesta de las cabañas”. El cedro calabrés es renombrado y bien conocido en el mundo hebraico; en el periodo antecedente a la fiesta, los rabinos de varias comunidades mundiales, se dirigen a la larga franja costera de la Rivera del Cedro, en el cosentino, para recoger los frutos prescritos para la función litúrgica.


Fiesta de las cabañas en Jerusalén

Cicerón
En el 1492 con el Edicto de la Alhambra, la comunidad hebraica de Reggio debe afrontar un serio problema: la integración en la ciudad de los prófugos sefarditas y sicilianos. Aunque las relaciones entre los hebreos regginos y sus adelfoi (nota: hermanos) messinos y sicilianos en general eran óptimas, se necesitaba encontrar una solución, pero aquello no era simple dado que su número era considerable y que entre ellos había diversos pobres y desocupados. Como quiera que sea, parece que aquellos de proveniencia sícula no habían sido incorporados en el interior del barrio reggino, sino que habían constituido una judería aparte, que se denominaba en los actos con el título “Judería de los sicilianos”. Es desconocida la duración de su permanencia dada la petición de dirigir los indigentes a otras juderías calabreses o meridionales. En el periodo antecedente a la expulsión hebraica siciliana, sobre la isla surgían 52 centros, como demostraban los documentos de la Cancillería Real. La reconstrucción establecida es aquí posible valiéndonos de la pluralidad de las fuentes. Entre las fuentes escritas: Plutarco recuerda el proceso de Cicerón contra Verro (gobernador en Sicilia en los años 73-72 a. C.); un texto probablemente apócrifo menciona el episodio del I a. C. del asesinato del obispo de Siracusa Marciano a manos de los judíos; las epístolas del Papa Gregorio Magno, aquel que junto a otro Sumo Pontífice, Alejandro III, se opuso con tenacidad y firmeza a las conversiones forzadas obtenidas con coerciones y con violencia. Las fuentes arqueológicas comprenden, en cambio, diversos epígrafes (el más antiguo es aquel de Catania del 383), el ladrillo de arcilla con la incisión de la Menorah hallado junto al Antiquarium del teatro griego de Taormina, la joya de Comiso, lucernas de aceite hebreas como aquella de la Caverna del Carciofo en el Valle de Noto y tantos otros. Así en Calabria y en todo el resto de Italia meridional, también en tierra sícula, una traza del pasaje judaico se encuentra en los nombres de los viejos arrabales, calles, barrios o bien, en algunos apellidos de clara matriz hebraica. Por dar algunos ejemplos: en Mesina está el Pozo del judío; en Taormina tenemos la Calle del Gueto, Travesía de los hebreos; en Palermo calleja Meschita, la barriada judaica de Santa Lucia (cerca Milazzo).

Anexo V. Edicto de la Alhambra

El edicto de la Alhambra, también llamado edicto de Granada, ha sido el percutor de la salida de los hebreos de España en 1492. Los responsables del decreto fueron los celebérrimos Reyes Católicos y las causas que les llevaron a tomar esta controvertida medida es todavía hoy una polémica entre los historiadores. Las consecuencias de la ley fueron desastrosas para una comunidad judía como la española que había sufrido los dos siglos anteriores una paulatina degradación de sus condiciones de vida. Los judíos se encontraban ante una difícil decisión: la conversión o el destierro. Aquellos que se marcharon serán conocidos como sefardíes y muchos de ellos todavía hoy en día sienten cierta nostalgia del lugar en el que vivieron sus antepasados.

Edicto de Granada

 


El edicto de la Alhambra, además del alejamiento de los hebreos y los moriscos de España, comporta también: el estudio de la Kabbalah de exclusiva privada y reservada a círculos de la elite, se vuelve público y con el contacto con el cristianismo se funde con elementos típicos de la escatología cristiana. El mismo termino Kabbalah presente en el lenguaje talmúdico y post-talmúdico, indicaba inicialmente partes de textos bíblicos de la Torah oral, pero a partir del  siglo XII indicará la mística y el esoterismo hebraico, con las escuelas provenzales de Isaac el ciego y aquella sefardita de Isaac Luria. El mayor exponente de la escuela luriana era Hayym Vital Calabrese, nacido en Safed, de padres calabreses. Hayym había tenido el honor de  poner por escrito la doctrina de su maestro como se deduce en sus obras Ez-ha-Da’at y Ez-ha-Hayym. También su hijo y su nieto se distinguieron en el estudio cabalístico.

San Esteban
Permaneciendo sobre el campo cultural vemos una inequivocable influencia hebraica en las tradiciones calabro-siculas. Algunas de ellas trasmitidas en herencia de padres a hijos, que aunque perdiendo su contenido religioso, han resistido el tiempo y los cambios sociales, siendo todavía perpetuadas. Entre tantas, cito: el uso de encender las velas el viernes noche que recuerda el uso hebreo del saludo al Shabbat. En el dialecto calabro-siculo, en cambio, existen trazas lingüísticas de antisemitismo como deja entender la expresión “Si n’ebbreu” o “Sii peggiu i n’ebbreu” indicativas, injustamente, de una persona usurera y malvada. También algunas viejas tradiciones religiosas sicilianas conservaron esta imagen de personas malvadas o peor, criminales. En Marsalia, antes del cuatrocientos, durante la fiesta de San Esteban, los hebreos locales fueron portados en iglesia de los cristianos y al final de la misa fueron apedreados, para contrapesar aquello que sus antepasados habían hecho a santo Stefano. En Mesina, como conmemora el epígrafe ahora ya ilegible del Duomo, en cambio, se cuenta la historia de un niño cristiano crucificado y echado en un pozo por algunos asesinos judíos, después castigados con la muerte y de la sangre de la pequeña victima milagrosamente brotada fuera del pozo. Estos recuerdos están todavía vivos y son conocidos por los habitantes locales de la parte más anciana de la población.


Imagen del siglo XVI de origen aleman sobre la crucifixión de un niño a manos de judíos


Judío errante
Como sabemos, los hebreos de la Isla no fueron los únicos en deber sufrir tal injusta suerte. Varios años más tarde idéntico fin corresponderá también a los hebreos meridionales, en fuerza antes, del edicto de expulsión decretado del rey Fernando el Católico en 1510, puesto en ejecución en 1511. El edicto no fue definitivo porque una recesión económica provocada por su ausencia, empuja a la casa real a reintegrarles más tarde. Carlos V, en el 1540/41 sancionó con el sucesivo edicto el alejamiento definitivo. Los hebreos de Reggio, como sucedió también a los sicilianos y a los sefarditas, en ambas ocasiones, se encontraron de frente a una encrucijada, una elección problemática: convertirse al cristianismo o abandonar definitivamente las tierras que les hospedaban, donde siglos atrás habían llegado sus padres. Quién optó por la primera elección (conversión) no lo hizo, como es comprensible, por motivos de fe auténtica, sino porque era la única posibilidad para evitar la inevitable expulsión, que habría consecuentemente comportado la perdida de trabajo, casa, propiedad de otros bienes muebles o inmuebles, amigos, en suma, la vida vivida hasta aquel momento. Entre los conversos se desarrollaron formas de criptojudaísmo, muchos neófitos no consiguiendo hacer menos al propio credo y a los propios ritos, judaizaban en gran secreto -naturalmente con prudencia- para huir de la terrible obra de los frailes inquisidores: les habrían rápidamente capturado, procesado y condenado a  arder en las llamas, terrible suerte común a todos los heréticos. Aquellos que se fueron con el rostro triste y el corazón melancólico, dejaron a la espalda los recuerdos ligados a aquellas tierras donde habían desarrollado los principales momentos de su vida social y religiosa, con la celebración de las fiestas, el respeto del descanso sabbatico, la práctica de la circuncisión, todos los ritos y las acciones prescritas en los libros sagrados.
Sala inquisitorial de tortura
Quiero concluir con una consideración: reflexionemos un momento y utilicemos nuestra imaginación haciendo una ucronía: ¿Qué habría sucedido si en el siglo XVI los hebreos de Reggio, de Mesina y los desplazados de otras partes no habrían sido alejados de la ciudad o de los pueblos en los cuales habían vivido? ¿Cuál habría sido la condición de la economía meridional en los siglos por venir si el edicto no habría sido nunca emanado? Ciertamente hay que decir que la economía con la partida de los núcleos judaicos, no se derrumbó, pero también se transformó a causa de las cambiantes exigencias del mercado. Fue seguro que la unidad de Italia creó el empobrecimiento del sur, luego el alejamiento de los hebreos en ese sentido no habría incidido pero, quién sabe… si la historia habría emprendido caminos diversos, si el normal curso de los eventos hubiese sido desviado y cambiado hacia vías alternativas, ¡habría sido seguro toda otra historia!

Felice Delfino

Esto es todo por hoy, muchas gracias por participar de nuevo en Las huellas perdidas de Odiseo.

Un fuerte abrazo.

Sergio D. S.


P.D: ¡Visita Reggio Calabria!