sábado, 17 de mayo de 2014

ITALIA. Verona: ciudad y espectáculo (I)



Como ya sabéis desde hace unos meses estoy ocupado con una estancia de investigación en esta bonita ciudad del norte de Italia. A pesar del lógico esfuerzo que suponen mis tareas laborales soy incapaz de ocultar mi satisfacción por la vida que disfruto en este lugar. El clima, la alegría que destilan prácticamente todos sus habitantes, lo increíble de su gastronomía…hacen de Verona una visita ineludible para todos aquellos que deseen conocer a fondo el país.
Puente que permite la entrada a Castelvecchio


Piazza Erbe















Verona principalmente se conoce por ser la urbe en donde se desarrolla la inmortal tragedia de Shakespeare que narra la apasionada historia de amor entre Romeo y Julieta. Sin embargo, ese aspecto sólo se erige como la punta del iceberg de un entorno que posee verdaderos tesoros artísticos e históricos que pueden realmente subyugar al visitante: la Arena, el teatro o las diferentes iglesias que verticalmente rompen el paisaje son sólo unos pocos de los muchos elementos que hacen de la ciudad un enclave verdaderamente inolvidable.


Estatua enclavada a las puertasde la casa de Julieta

“The Brightness of her cheek would shame those stars as daylight doth a lamp; her eyes in heaven would through the airy region stream so bright that birds would sing, and think it were not night.” (Romeo y Julieta, Shakespeare)








Arena de Verona
Debo reconocer que mi monumento veronés preferido es la célebre Arena. Las películas han retratado en muchas ocasiones las luchas que los gladiadores mantenían entre sí o contra diversas fieras salvajes durante el clásico periodo de  la Antigua Roma. Ejemplo próximo a nuestros días lo constituye el filme de Russell Crowe -Gladiator- pero como muestra nos podrían servir muchas otras producciones audiovisuales. 



Uno no puede dejar de imaginarse los crueles espectáculos que se daban cita al amparo de un vociferante graderío expectante de intensas emociones e incluso ávido del derramamiento de sangre humana. Quizá una de las estelas funerarias más curiosas de las que tengo noticia hasta el momento, que podemos encontrar aquí y vinculada a este pequeño mundo de gladiadores es la que sigue a continuación:


(LATIN)
« D(is) M(anibus)
Glauco n(atione) Muti
nensis pugna(rum)
(septem) (mortuus) octavia vixit
ann(os) (viginti tres) d(ies) (quinque)
Aurelia marito
b(ene) m(erenti) et amatores
huius. Planetam
suum
procurare
vos moneo. In
Nemese ne fidem
habeatis
sic sum deceptus
ave vale. »
(ITALIANO)
« Agli dei Mani di Glauco, modenese di origine. Combatté sette volte, morì l'ottava. Visse ventitré anni e cinque giorni. Aurelia dedicò questa tomba al caro marito, insieme ai suoi tifosi. Vi consiglio di prendere ciascuno il proprio oroscopo, e di non avere fiducia nella Nemesi: io me ne sono fidato, e ne sono stato ingannato nel modo che vedete. Addio, stai bene. »
(ESPAÑOL)
«A los Dioses Manes de Glauco, modenés de origen. Combatió siete veces, murió la octava. Vivió veintitrés años y cinco días. Aurelia dedicó esta tumba a su querido marido, junto a sus seguidores. Os aconsejo coger cada uno el propio horóscopo y de no tener confianza en el Némesis: yo me he fiado y he sido engañado del modo que veis. Adiós, estad bien.»
 

Mosaico procedente de una villa romana del Veneto
Mosaico que representa a Retiarius vs. Secutor (Museo Arqueológico de Verona)
 .













  


Como medievalista me supone una obligación al menos mencionar siquiera la estatua alzada en honor al coloso de las letras florentino: Dante Alighieri, famoso creador de la Divina Comedia. Se trata de una obra cumbre del Medievo que relata el descenso del autor al infierno, su paso por el purgatorio y la ascensión final al paraíso. Toda una serie de personajes históricos y mitológicos se dan cita en un espacio literario cargado de significados que logran imprimir una huella indeleble en el lector. La calidad del escrito nos deja constancia de una Edad Media muy alejada de la visión peyorativa que tradicionalmente se mantiene asociada a ella.



 Dante Alighieri en la Piazza dei Signori

Esto es todo por hoy, no queda más que agradeceros vuestra atención y animaros a participar. Prometo dedicar a Verona al menos una entrada más de Las huellas perdidas de Odiseo.


Un abrazo. Sergio D.S.

P.D: Creo que merezco un desayuno.

El cruasán aquí se llama brioche





2 comentarios:

  1. Gracias por este maravilloso paseo por Verona, una de mis ciudades italianas favoritas. Sin embargo, creo que para cada historiador, la verdadera “exquisitez” serìa descubrir los Balcanes.

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  2. Muchas gracias Marija por tu comentario. Intentaré seguir tu recomendación en un futuro y visitar los Balcanes. Recibe un fuerte abrazo.

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